domingo, 25 de octubre de 2009

Miss Van: La diva se apropia de las calles


Reconocida por exaltar la figura de la mujer, ha sabido consagrarse en un mundo de hombres.

Venessa Castex o Miss Van, es una reconocida artista de 36 años que se inició en el mundo del arte pintando muros en su ciudad natal, Touluse, Francia. Su sello más distintivo es la referencia a la belleza femenina, pero no a aquella que alude a los cánones socialmente conocidos, si no más bien a una de tipo extraña, que pocos se atreven a destacar.

La artista inició su carrera precisamente en el calle, con la idea de ingresar a un mundo donde los hombres tenían el control y demostrar así el woman power. Según ella misma ha comentado, eligió la calle como escenario "por lo ilegal, por lo público, por la exhibición".

Los personajes construidos e idealizados por Miss Van son algo así como las obras de un Botero moderno. Mujeres que presentan una sensualidad y un erotismo que roza con la maldad y la perversión. Sus poupees, son un reflejo de la sociedad, donde se presenta ese lado más oculto, que todos saben que existe, pero que nadie se atreve a reconocer.

Miss Van ha incursionado satisfactoriamente en las galerías y en museos de importantes ciudades del mundo. Su trabajo ha sido presentado en el Merry Karnowsky (Los Angeles), Magda Danysz (Paris) o Jonathan Levine (Nueva York).

Pero el espíritu de esta artista no se frena ahí. También ha incursionando en el mercado de consumo de artículos de lujo, a través de colecciones de moda inspiradas y decoradas por ella, zapatos, carteras, camisetas, anuncios publicitarios. En definitiva, esta mujer ha sabido ganar adeptos y fanáticos, más aún en los barrios que deja su huella.

Miss Van es algo así como una mujer que gusta de ir dejando en las calles algo más que lindas pinturas. En ella hay un gusto por ir haciendo públicos sus deseos, potenciando lo femenino sin hipocresías. Las paredes son para ella el mejor lienzo para expresar su arte.


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Las cosas geniales de Tarantino


Bastardos sin Gloria acapara excelentes criticas; son muchos factores que han cimentado el éxito de un director hiperactivo y magnífico.




La vida de Quentin Zastoupil, el verdadero nombre de Quentin Tarantino, parece ligada a la televisión desde que nació. Tanto, que su madre le puso Quentin en homenaje a Quint, un personaje de la serie televisiva La Ley del Revólver.

Luego, de adulto, él mismo se ligó al mundo de la “cajita mágica”. Como empleado de un videoclub, comenzó a frecuentar con otros cinéfilos y de esa forma, en su cerebro comenzaron a gestarse guiones e ideas que hoy son clásicos de la pantalla grande.

Las influencias de Tarantino son de todo tipo. Hablamos de un director que valora el cine en todo el sentido y no se deja influenciar sólo por una sola tendencia. Lo marcaron filmes como Conocimiento Carnal de Mike Nichols, Grupo Salvaje de Sam Peckinpah o Deliverance de John Boorman. Reconoce una obsesión por Taxi Driver de Scorsese y se encandila con películas asiáticas como Battle Royale, su favorita.

El profesionalismo y rápidez mental como director, le han permitido trabajar con grandes del cine; Bruce Willis, Uma Thurman, John Travolta son sólo algunos de los actores que asumen con buena disposición el estilo, a ratos hiperactivo, de un director fetichista, que adora mostrar los pies femeninos y encuadrar los rostros en primerísimos planos.

Reciclaje musical
Si hay algo que todos rescatan en Tarantino es la grandiosa capacidad para rescatar clásicos musicales olvidados y convertirlos en éxitos. O mucho mejor aún; llevarlos a escenas tan bien trabajadas que quedan, sí o sí, en el conciente colectivo de los cinéfilos.

¿Quién no recuerda a Uma Thurman y Travolta bailando el twist en Pulp Fiction? O la misma Uma, danzando desenfrenada Girl, you’ll be a woman soon.

Si vamos a otras de sus obras maestras, Reservoir Dogs, es imposible no mencionar el tema inicial Little Green bag, un himno hasta el día de hoy asociado al modo de andar, de hombres que visten elegantes y con trajes.

Esos y otros temas musicales responden al gusto personal del director, quien se preocupa personalmente de elegir uno a uno los temas de sus bandas sonoras. Pop, rock, o baladas…lo importante para Quentin es darle fuerza y lenguaje a la escena.

Bastardos y Kill Bill
El mundo del cine agradece tener a Tarantino otra vez en cartelera porque usualmente se toma vacaciones largas entre un proyecto y otro, y sólo los interrumpe con algún cameo ocasional para algún proyecto de algún amigo cercano.

De darse descansos, usualmente está en Europa, escribiendo, creando, inspirándose.

Su última producción es Bastardos sin Gloria, con Brad Pitt y Eli Roth, que ya recoge excelentes opiniones de la crítica. La música esta vez, está a cargo de Ennio Marricone, un nuevo paso para Quentin, que dejó por primera vez de lado las canciones populares.

En 2014, además, llegará una de las cintas más esperadas por los fans del director. La tercera parte de Kill Bill invadirá las salas del cine con una Uma Thurman recargada y dispuesta a hacer frente a los 88 Maníacos, los sicarios a los que La Novia dejó destrozados en su camino a la venganza de O'Ren Ishii.

Tarantino, una genialidad que no se detiene.


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